Hoy celebramos la vida santa y evangélica de tanta gente que sólo Dios conoce de verdad. Santos y Santas que han vivido una existencia fiel a Jesús y cuya santidad no ha sido reconocida oficialmente. Hombres y mujeres de alma pobre y sencilla que han vivido confiando en Dios. Personas que sufrieron injustamente sin reaccionar con violencia. Gentes que tuvieron hambre y sed de un mundo más justo y más digno. Personas de corazón limpio, que trabajaron activamente por la paz. Creyentes que vivieron el espíritu de las bienaventuranzas. ¿No podrías ser tú uno o una de ellos?
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