jueves, 21 de octubre de 2010

Celebración del domingo 17 de octubre de 2010

El pásado domingo tuvimos una vez más celebración de la palabra. En esta ocasión la dirigió José y comenzó con un cuento en el que se nos hablaba de un pueblo. Es un cuento sacado del libro "la oración de la rana" de Anthony de Mello.

"El cura del pueblo era un santo varón al que acudía la gente cuando se veía en algún aprieto. Entonces él solía retirarse a un determinado lugar del bosque, donde recitaba una oración especial. Dios escuchaba siempre su oración, y el pueblo recibía la ayuda deseada.
Murió el cura, y la gente, cuando se veía en apuros, seguía acudiendo a su sucesor, el cual no era ningún santo, pero conocía el secreto del lugar concreto del bosque y la oración especial. Entonces iba allá y decía: “Señor, tú sabes que no soy un santo. Pero estoy seguro de que no vas a hacer que mi gente pague las consecuencias... De modo que escucha mi oración y ven en nuestra ayuda”. Y Dios escuchaba su oración, y el pueblo recibía la ayuda deseada.
También este segundo cura murió, y también la gente, cuando se veía en dificultades, seguía acudiendo a su sucesor, el cual conocía la oración especial, pero no el lugar del bosque. De manera que decía”«¿Qué más te da a tí, Señor, un lugar que otro? Escucha, pues, mi oración y ven en nuestra ayuda”. Y una vez más, Dios escuchaba su oración y el Pueblo recibía la ayuda deseada.
Pero también este cura murió, y la gente, cuando se veía con problemas, seguía acudiendo a su sucesor, el cual no conocía ni la oración especial ni el lugar del bosque. Y entonces decía:
“Señor, yo sé que no son las fórmulas lo que tú aprecias, sino el clamor del corazón angustiado. De modo que escucha mi oración y ven en nuestra ayuda”. Y también entonces escuchaba Dios su oración, y el pueblo recibía la ayuda deseada.
Después de que este otro cura hubiera muerto, la gente seguía acudiendo a su sucesor cuando le acuciaba la necesidad. Pero este nuevo cura era más aficionado al dinero que a la oración. De manera que solía limitarse a decirle a Dios: “¿Qué clase de Dios eres tú, que, aun siendo perfectamente capaz de resolver los problemas que tú mismo has originado, todavía te niegas a mover un dedo mientras no nos veas amedrentados, mendigando tu ayuda y suplicándote? ¡Está bien: puedes hacer con la gente lo que quieras!” Y, una vez más, Dios escuchaba su oración, y el Pueblo recibía la ayuda deseada."
Nieves leyó el Evangelio y Marta nos hizó una pequeña aproximación histórica, contándonos cual era la situación de las viudas en aquella época.
Salieron diferentes personas de la comunidad a leer lo que para ellos y ellas significa la oración y la fe.
Luego se leyó un texto que nos venía a decir que somos la viuda, la que tiene y debe de gritar en contra de las injusticias. Somos las personas que tenemos que trabajar por un mundo mejor, mas justo, mas igualitario.
Se siguió con la lectura de las oraciones de la cesta, rezamos el Padre Nuestro, nos dimos la paz y comulgamos en comunidad.
Se acabó con otra lectura.
Los cantos, preciosos por cierto, son en su mayoría nuevos. Se los pedíremos a Txema y pondrémos aunque sea las letras (si los encontramos en video en internet, también los pondrémos).
Abrazos

No hay comentarios:

Publicar un comentario