viernes, 30 de abril de 2010

GRAN RASTRILLO PARROQUIAL

MAÑANA ES EL GRAN DÍA


Comienza el rastrillo de nuevo y usado.

En la Plaza de la Parroquia de San Ignacio desde las 12 de la mañana hasta las siete de la tarde y el domingo de 12 a 3 de la tarde.

Tenemos de todo:

Ropa, zapatos, adornos, bisutería,libros (muchos de ellos nuevos), cd´s, dvd´s, videos, cintas, discos de vinillo, pequeño electrodoméstico, bicicletas, raquetas, esquíes, pantallas, proyectores, vajilla, centros de flores, plantas artificiales, chaquetas y chaquetones, juguetes, comics, etc, etc,etc...

Muchos de los comercios de San Ignacio han colaborado aportando un montón de material nuevo y cantidad de gente ha traído objetos (algunos muy valiosos para la venta).

Tenemos muchas ganas y un poco de miedo escénico. Iremos publicando fotos y resultados económicos (que para eso se hace)

¡¡¡¡Que abandonado tengo el blog!!!!

Si, lo tengo abandonado. Y me da pena con la cantidad de noticias que está generando la Parroquia en estos días.

Las voy a enumerar todas y poco a poco iré haciendo las entradas con sus correspondientes fotos (que es que el trabajo no me deja un minuto de paz).

* Las bodas de plata de Txema y Blanca (¡¡Que bodorrio, que glamour!!! Invitados e invitadas de rigurosa etiqueta, la ceremonia entrañable, la novia no lloró -pero que cara de resaca tenía al día siguiente-. Todo muy bonito, pero se merece una entrada propia con abundantes fotos y chismes variados).

*Al día siguiente hicieron algunos de nuestros niños y niñas el sacramento del perdón. En Juan XXIII y acompañados por toda la comunidad de Elorrieta (como ama de una de las criaturas aprovecho para daros de nuevo las GRACIAS). Allí tuvimos a Nerea, Circe e Iñaki, junto con su grupo de cate. Estuvieron nerviosos y sonrientes. Luego, no podía ser menos, merienda (con algunas de las sobras del catering del día anterior -cedidas por los novios- y alguna cosita más).
También publicaremos las fotos.

* El domingo celebración de la palabra -la menda no pudo estar y aunque José me pasó unas notas sobre la celebración, no he tenido tiempo para aumentarlas y publicarlas (y ahora ya a una semana, solo deciros que estuvo muy bien y que en su momento publicaré el cuento de la oveja Margarita)

* Hoy es el cumpleaños de Martín Caderot. No vamos a desvelar la edad -entre otras cosas por que no la sé-, pero si deciros que esta tarde tenemos intención de felicitarle (como casi nadie pasa por el blog, no tengo miedo de desvelar ninguna sorpresa).

* Mañana sábado 1 de mayo y el 2 de mayo se va a celebrar EL GRAN RASTRILLO. Va a tener lugar en la plaza de la Parroquia de San Ignacio y le dedicaré entrada aparte.

* Mañana también hay otro acontecimiento. Tenemos comunión en Elorrieta. Allí estarémos para acompañar a Olatz.

jueves, 29 de abril de 2010

comentario de Pagola al Evangelio del 2 de mayo

Evangelio Comentado por:
José Antonio Pagola
San Juan (13,31-33a.34-35)
COMUNIDAD DE AMISTAD


Jesús se está despidiendo de sus discípulos. Dentro de muy poco, ya no lo tendrán con ellos. ¿Quién llenará su vacío? Jesús les dice: «Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros como yo os he amado». Si saben quererse como Jesús los ha querido, no dejarán de sentirlo vivo en medio de ellos.

El evangelista Juan tiene su atención puesta en la comunidad cristiana. No está pensando en los de fuera. Cuando falte Jesús, en su comunidad se tendrán que querer como «amigos» porque así los ha querido Jesús: «vosotros sois mis amigos»; «ya nos os llamo siervos, a vosotros os he llamado amigos». La comunidad de Jesús será una comunidad de amistad.

Esta imagen de la comunidad cristiana como «comunidad de amigos» quedó pronto olvidada. Durante muchos siglos, los cristianos se han visto a sí mismos como una «familia» donde algunos son «padres» (el Papa, los obispos, los sacerdotes, los abades…); otros son «hijos» fieles, y todos han de vivir como «hermanos».

Entender así la comunidad cristiana estimula la fraternidad, pero tiene sus riesgos. En la familia cristiana se tiende a subrayar el lugar que le corresponde a cada uno. Se destaca lo que nos diferencia, no lo que nos une; se da mucha importancia a la autoridad, el orden, la unidad, la subordinación. Y se corre el riesgo de promover la dependencia, el infantilismo y la irresponsabilidad de muchos.

Una comunidad basada en la «amistad cristiana» enriquecería y trasformaría hoy a la Iglesia de Jesús. La amistad promueve lo que nos une, no lo que nos diferencia. Entre amigos se cultiva la igualdad, la reciprocidad y el apoyo mutuo. Nadie está por encima de nadie. Ningún amigo es superior a otro. Se respetan las diferencias, pero se cuida la cercanía y la relación.

Entre amigos y amigas es más fácil sentirse responsable y colaborar. Y no es tan difícil estar abiertos a los extraños y diferentes, los que necesitan acogida y amistad. De una comunidad de amigos es difícil marcharse. De una comunidad fría, rutinaria e indiferente, la gente se va, y los que se quedan, apenas lo sienten.

evangelio del domingo 2 de mayo de 2010


Evangelio según San Juan 13,31-33.34-35.

Después que Judas salió, Jesús dijo: "Ahora el Hijo del hombre ha sido glorificado y Dios ha sido glorificado en él.
Si Dios ha sido glorificado en él, también lo glorificará en sí mismo, y lo hará muy pronto. Hijos míos, ya no estaré mucho tiempo con ustedes. Ustedes me buscarán, pero yo les digo ahora lo mismo que dije a los judíos: 'A donde yo voy, ustedes no pueden venir'.
Les doy un mandamiento nuevo: ámense los unos a los otros. Así como yo los he amado, ámense también ustedes los unos a los otros.
En esto todos reconocerán que ustedes son mis discípulos: en el amor que se tengan los unos a los otros".

viernes, 23 de abril de 2010

comentario de Pagola al evangelio del domingo 25 de abril

Evangelio Comentado por:
José Antonio Pagola
San Juan (10,27-30)

ESCUCHAR SU VOZ Y SEGUIR SUS PASOS

La escena es tensa y conflictiva. Jesús está paseando dentro del recinto del templo. De pronto, un grupo de judíos lo rodea acosándolo con aire amenazador. Jesús no se intimida, sino que les reprocha abiertamente su falta de fe: «Vosotros no creéis porque no sois ovejas mías». El evangelista dice que, al terminar de hablar, los judíos tomaron piedras para apedrearlo.
Para probar que no son ovejas suyas, Jesús se atreve a explicarles qué significa ser de los suyos. Sólo subraya dos rasgos, los más esenciales e imprescindibles: «Mis ovejas escuchan mi voz… y me siguen». Después de veinte siglos, los cristianos necesitamos recordar de nuevo que lo esencial para ser la Iglesia de Jesús es escuchar su voz y seguir sus pasos.
Lo primero es despertar la capacidad de escuchar a Jesús. Desarrollar mucho más en nuestras comunidades esa sensibilidad, que está viva en muchos cristianos sencillos que saben captar la Palabra que viene de Jesús en toda su frescura y sintonizar con su Buena Noticia de Dios. Juan XXIII dijo en una ocasión que “la Iglesia es como una vieja fuente de pueblo de cuyo grifo ha de correr siempre agua fresca”. En esta Iglesia vieja de veinte siglos hemos de hacer correr el agua fresca de Jesús.
Si no queremos que nuestra fe se vaya diluyendo progresivamente en formas decadentes de religiosidad superficial, en medio de una sociedad que invade nuestras conciencias con mensajes, consignas, imágenes, comunicados y reclamos de todo género, hemos de aprender a poner en el centro de nuestras comunidades la Palabra viva, concreta e inconfundible de Jesús, nuestro único Señor.
Pero no basta escuchar su voz. Es necesario seguir a Jesús. Ha llegado el momento de decidirnos entre contentarnos con una “religión burguesa” que tranquiliza las conciencias pero ahoga nuestra alegría, o aprender a vivir la fe cristiana como una aventura apasionante de seguir a Jesús.
La aventura consiste en creer lo que el creyó, dar importancia a lo que él dio, defender la causa del ser humano como él la defendió, acercarnos a los indefensos y desvalidos como él se acercó, ser libres para hacer el bien como él, confiar en el Padre como él confió y enfrentarnos a la vida y a la muerte con la esperanza con que él se enfrentó.
Si quienes viven perdidos, solos o desorientados, pueden encontrar en la comunidad cristiana un lugar donde se aprende a vivir juntos de manera más digna, solidaria y liberada siguiendo a Jesús, la Iglesia estará ofreciendo a la sociedad uno de sus mejores servicios.
__________________

miércoles, 21 de abril de 2010

Evangelio del domingo 25 de abril de 2010. El Buen Pastor


Evangelio según San Juan 10,27-30.


Mis ovejas escuchan mi voz, yo las conozco y ellas me siguen.

Yo les doy Vida eterna: ellas no perecerán jamás y nadie las arrebatará de mis manos. Mi Padre, que me las ha dado, es superior a todos y nadie puede arrebatar nada de las manos de mi Padre. El Padre y yo somos una sola cosa".

domingo 18 de abril de 2010

Como podéis ver llevo cierto retraso en la actualización del blog. La verdad es que he tenido mucho trabajo en estos días y me está costando encontrar un hueco para hacerlo.

El domingo nos enteramos a primera hora de que Javi estaba un poco malito y por lo tanto no podíamos tener eucaristia sino que tenía que ser celebración. Agarramos un poco de imaginación y un mucho de inspiración divina y nos lanzamos.

Por cierto, y no es por echarnos flores, pero cuando pasan estas cosas me doy cuenta del buen equipo que hacemos.

Comenzamos hablando de comida (con quien comemos, donde comemos habitualmente, a quien invitamos a comer a casa, etc...) y salió que comiamos con la familia y ocasionalmente con los y las amigas.

Contamos este cuento sobre el compartir:
"Cuando aquella tarde llegó a la estación, le informaron de que el tren en el que ella viajaría se retrasaría aproximadamente una hora.La elegante señora, un poco fastidiada, compró una revista, un paquete de galletas y una botella de agua para pasar el rato.Buscó un banco en el anden central y se sentó preparada para la espera.Mientras hojeaba su revista, un joven se sentó a su lado y comenzó a leer un diario.Imprevistamente, la señora observó como aquel muchacho, sin decir una sola palabra, estiraba la mano, agarraba el paquete de galletas, lo abría y comenzaba a comerlas, una a una, despreocupadamente.
La mujer se molestó por esto, no quería ser grosera, pero tampoco dejar pasar aquella situación o hacer como si nada había pasado; así que, con un gesto exagerado, tomó el paquete y sacó una galleta, la exhibió frente al joven y se la comió mirándolo fijamente a los ojos.
Como respuesta, el joven tomó otra galleta y mirándola la puso en su boca y sonrió.La señora ya enojada, tomó una nueva galleta y, con ostensibles señales de fastidio, volvió a comer otra, manteniendo de nuevo la mirada en el muchacho.El diálogo de miradas y sonrisas continuó entre galleta y galleta.
La señora cada vez más irritada, y el muchacho cada vez más sonriente.
Finalmente, la señora se dio cuenta de que en el paquete sólo quedaba la última galleta. "-No podrá ser tan descarado", pensó mientras miraba alternativamente al joven y al paquete de galletas.
Con calma el joven alargó la mano, tomó la última galleta, y con mucha suavidad, la partió exactamente por la mitad. Así, con un gesto amoroso, ofreció la mitad de la última galleta a su compañera de banco.¡Gracias! - dijo la mujer tomando con rudeza aquella mitad.De nada - contestó el joven sonriendo suavemente mientras comía su mitad.Entonces el tren anunció su partida... La señora se levantó furiosa del banco y subió a su vagón. Al arrancar, desde la ventanilla de su asiento vio al muchacho todavía sentado en el anden y pensó: "¡Que insolente, que mal educado, que vergüenza de tipejo!".Sin dejar de mirar con resentimiento al joven, sintió la boca reseca por el disgusto que aquella situación le había provocado. Abrió su bolso para sacar la botella de agua y se quedó totalmente sorprendida cuando encontró, dentro de su cartera, su paquete de galletas intacto."

José leyó el evangelio que era muy complicado (podéis releerlo en las entradas anteriores del blog).

Entonces hablamos de como a Jesús sus discipulos le conocian sobre todo cuando partía el pan y como "el discipulo al que Jesús más quería fue el primero en reconocerle" e hicimos dos gestos. El primero fue compartir una barra de pan entre todas las personas que estabamos en la iglesia, haciendo el gesto de partir y repartir (hubo para todo el que quiso y sobró) y el segundo fue taparle los ojos a Nerea y tenía que identificar a cuatro niños (entre ellos su hermano Mikel). Reconoció a Mikel y a Jon (uno de sus amigos). A los otros dos que no pertenecen a su circulo cercano de amigos y familia no los reconoció.

Hubo momento de reflexión y de asimilar la palabra y luego pasamos a las oraciones, la paz y la comunión.

Se avisó de que había llegado carta de Elisabeth, de la que casi nadie sabia nada (eso es por que no leen el blog -menos mal que Karina y Javi no pueden ser mas fieles).

jueves, 15 de abril de 2010

Elisabeth

Hola,

Nos ha escrito Elisabeth y nos ha mandado una foto suya. Aqui las tenéis:


Os escribo de nuevo lo que pone en la carta ya que no se ve muy bien:

My name is Elisabeth, I would like to say thank you very much for your help since I stated my secondary school last year up to this moment.

My dear sponser now am in form two, am trying to do well in my academic studies in my National examination for entering form two my pass mark avarage was 7. I become number 8 out of 27 students in my class.

I hope to do more better this year.

Am inviting you with your family here in Africa, I will be happy when I will see you.

I repeat to thank you very much, may God grant you everything which you need.

I love you so much.

P.D.:

La Hermana (Sr. Veronica) que acompaña a esta joven me dice que es muy responsable en los estudios y que ha quedado en el 8º lugar en su clase. Agradece vuestra ayuda que posibilita a esta joven seguir estudiando.

De mi parte también gracias por vuestra colaboración y sensibilidad hacia los más pobres.

Muchas gracias y que Dios os bendiga a todos.

Un abrazo, Sor Arantza

martes, 13 de abril de 2010

Evangelio del domingo 18 de abril de 2010


Evangelio según San Juan 21,1-19.


Después de esto, Jesús se apareció otra vez a los discípulos a orillas del mar de Tiberíades. Sucedió así: estaban juntos Simón Pedro, Tomás, llamado el Mellizo, Natanael, el de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo y otros dos discípulos.

Simón Pedro les dijo: "Voy a pescar".

Ellos le respondieron: "Vamos también nosotros".

Salieron y subieron a la barca. Pero esa noche no pescaron nada. Al amanecer, Jesús estaba en la orilla, aunque los discípulos no sabían que era él.

Jesús les dijo: "Muchachos, ¿tienen algo para comer?". Ellos respondieron: "No". El les dijo: "Tiren la red a la derecha de la barca y encontrarán". Ellos la tiraron y se llenó tanto de peces que no podían arrastrarla. El discípulo al que Jesús amaba dijo a Pedro: "¡Es el Señor!". Cuando Simón Pedro oyó que era el Señor, se ciñó la túnica, que era lo único que llevaba puesto, y se tiró al agua.

Los otros discípulos fueron en la barca, arrastrando la red con los peces, porque estaban sólo a unos cien metros de la orilla. Al bajar a tierra vieron que había fuego preparado, un pescado sobre las brasas y pan. Jesús les dijo: "Traigan algunos de los pescados que acaban de sacar". Simón Pedro subió a la barca y sacó la red a tierra, llena de peces grandes: eran ciento cincuenta y tres y, a pesar de ser tantos, la red no se rompió. Jesús les dijo: "Vengan a comer". Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle: "¿Quién eres", porque sabían que era el Señor.

Jesús se acercó, tomó el pan y se lo dio, e hizo lo mismo con el pescado. Esta fue la tercera vez que Jesús resucitado se apareció a sus discípulos.

Después de comer, Jesús dijo a Simón Pedro: "Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos?". El le respondió: "Sí, Señor, tú sabes que te quiero". Jesús le dijo: "Apacienta mis corderos". Le volvió a decir por segunda vez: "Simón, hijo de Juan, ¿me amas?". El le respondió: "Sí, Señor, sabes que te quiero". Jesús le dijo: "Apacienta mis ovejas". Le preguntó por tercera vez: "Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?". Pedro se entristeció de que por tercera vez le preguntara si lo quería, y le dijo: "Señor, tú lo sabes todo; sabes que te quiero". Jesús le dijo: "Apacienta mis ovejas.

Te aseguro que cuando eras joven, tú mismo te vestías e ibas a donde querías. Pero cuando seas viejo, extenderás tus brazos, y otro te atará y te llevará a donde no quieras".

De esta manera, indicaba con qué muerte Pedro debía glorificar a Dios. Y después de hablar así, le dijo: "Sígueme".