jueves, 23 de diciembre de 2010

Evangelio del domingo 26-12-2010

Lectura del santo evangelio según san Mateo (2,13-15.19-23):

Cuando se marcharon los magos, el ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: «Levántate, coge al niño y a su madre y huye a Egipto; quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo.»
José se levantó, cogió al niño y a su madre, de noche, se fue a Egipto y se quedó hasta la muerte de Herodes. Así se cumplió lo que dijo el Señor por el profeta: «Llamé a mi hijo, para que saliera de Egipto.»
Cuando murió Herodes, el ángel del Señor se apareció de nuevo en sueños a José en Egipto y le dijo: «Levántate, coge al niño y a su madre y vuélvete a Israel; ya han muerto los que atentaban contra la vida del niño.»
Se levantó, cogió al niño y a su madre y volvió a Israel. Pero, al enterarse de que Arquelao reinaba en Judea como sucesor de su padre Herodes, tuvo miedo de ir allá. Y, avisado en sueños, se retiró a Galilea y se estableció en un pueblo llamado Nazaret. Así se cumplió lo que dijeron los profetas, que se llamaría Nazareno.
Palabra del Señor
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comentario de Pagola al Evangelio del domingo 26-12-2010

Evangelio Comentado por:
José Antonio Pagola
San Mateo (2,13-15.19-23)

UNA FAMILIA DE REFUGIADOS

Según el relato de Mateo, la familia de Jesús ha vivido la experiencia trágica de los refugiados, obligados a huir de su hogar para buscar asilo en un país extraño. Con el nacimiento de Jesús no ha llegado a su casa la paz. Al contrario, enseguida se han visto envueltos por toda clase de amenazas, intrigas y penalidades.

Todo comienza cuando saben que Herodes busca al niño para acabar con él. Como sucede tantas veces, bajo el aparente bienestar de aquel reinado poderoso, perfectamente organizado, se esconde no poca violencia y crueldad. La familia de Jesús busca refugio en la provincia romana de Egipto, fuera del control de Herodes, asilo bien conocido por quienes huían de su persecución. De noche, de manera precipitada y angustiosa, comienza su odisea.

Por un momento, parece que podrán disfrutar de paz pues «han muerto los que atentaban contra el niño». La familia vuelve a Judea, pero se enteran de que allí reina Arquelao, conocido por su “crueldad y tiranía”, según el historiador Flavio Josefo. De nuevo, la angustia, la incertidumbre y la huida a Galilea, para esconderse en un pueblo desconocido de la montaña, llamado Nazaret.

¿Podemos imaginar un relato más contrario a la escena ingenua e idílica del nacimiento de Jesús naciendo entre cantos de paz, entonados por coros de ángeles, en medio de una noche maravillosamente iluminada? ¿Cuál es el mensaje de Mateo al dibujar con trazos tan sombríos los primeros pasos de Jesús?

Lo primero es no soñar. La paz que trae el Mesías no es un regalo llovido del cielo. La acción salvadora de Dios se abre camino en medio de amenazas e incertidumbres, lejos del poder y la seguridad. Quienes trabajen por un mundo mejor con el espíritu de este Mesías, lo harán desde la debilidad de los amenazados, no desde la seguridad de los poderosos.

Por eso, Mateo no llama a Jesús “Rey de los judíos” sino “Dios-con-nosotros”. Lo hemos de reconocer compartiendo la suerte de quienes viven en la inseguridad y el miedo, a merced de los poderosos. Una cosa es clara: sólo habrá paz cuando desaparezcan los que atentan contra los inocentes. Trabajar por la paz es luchar contra los abusos e injusticias.

En ese esfuerzo, muchas veces penoso e incierto, hemos de saber que nuestra vida está sostenida y guiada por la “Presencia invisible” de Dios al que hemos de buscar en la oscuridad de la fe. Así busca José, entre pesadillas y miedos nocturnos, luz y fuerza para defender a Jesús y a su madre. Así se defiende la causa de Jesús.

lunes, 20 de diciembre de 2010

FOTOS DE LOS BELENES


Ya me han empezado a llegar fotos de los belenes familiares de este año, pero como sabéis, es un tema que nos urge mucho ya que tienen que estar colocados el día 24 en los paneles de las tres parroquias (y esto supone recibirlos e imprimir las fotos antes de ese día).


Por favor, recordad que la fecha de entrega acaba hoy y que el correo al que tenéis que enviar las fotos (mejor si aparecéis toda la familia o por lo menos los y las más peques) es:




Esperamos con impaciencia vuestras fotos.

viernes, 17 de diciembre de 2010

Oración del sábado 18 de diciembre de 2010


Hola,


Este sábado de nuevo tenemos un rato de oración en Elorrieta a las siete de la tarde. Un encuentro al que todos y todas estamos invitados.


Yo no pude estar en el anterior y tengo una emocionada impaciencia por estar en este. Son momentos a lo largo del año que me ayudan a recargar pilas y que por más que se lo digamos creo que los y las que los preparan no son conscientes del bien que hacen.


Espero que nos encontremos allí.


¡¡¡Dios se hace presente en cada uno de nosotros y nosotras!!!

Enlace al nuevo trabajo de ixcis. ¡¡¡PRECIOSO!!!


En el blog de Kamiano me he encontrado este enlace que me ha conmovido. Tanto la música como las imagenes. Espero que os guste.


Comentario de Pagola al 4º domingo de Adviento



Evangelio Comentado por:
José Antonio Pagola
San Mateo (1,18-24)

ESTÁ CON NOSOTROS

Antes de que nazca Jesús en Belén, Mateo declara que llevará el nombre de «Emmanuel», que significa «Dios-con-nosotros». Su indicación no deja de ser sorprendente, pues no es el nombre con que Jesús fue conocido, y el evangelista lo sabe muy bien.
En realidad, Mateo está ofreciendo a sus lectores la clave para acercarnos al relato que nos va a ofrecer de Jesús, viendo en su persona, en sus gestos, en su mensaje y en su vida entera el misterio de Dios compartiendo nuestra vida. Esta fe anima y sostiene a quienes seguimos a Jesús.
Dios está con nosotros. No pertenece a una religión u otra. No es propiedad de los cristianos. Tampoco de los buenos. Es de todos sus hijos e hijas. Está con los que lo invocan y con los que lo ignoran, pues habita en todo corazón humano, acompañando a cada uno en sus gozos y sus penas. Nadie vive sin su bendición.
Dios está con nosotros. No escuchamos su voz. No vemos su rostro. Su presencia humilde y discreta, cercana e íntima, nos puede pasar inadvertida. Si no ahondamos en nuestro corazón, nos parecerá que caminamos solos por la vida.
Dios está con nosotros. No grita. No fuerza a nadie. Respeta siempre. Es nuestro mejor amigo. Nos atrae hacia lo bueno, lo hermoso, lo justo. En él podemos encontrar luz humilde y fuerza vigorosa para enfrentarnos a la dureza de la vida y al misterio de la muerte.
Dios está con nosotros. Cuando nadie nos comprende, él nos acoge. En momentos de dolor y depresión, nos consuela. En la debilidad y la impotencia nos sostiene. Siempre nos está invitando a amar la vida, a cuidarla y hacerla siempre mejor.
Dios está con nosotros. Está en los oprimidos defendiendo su dignidad, y en los que luchan contra la opresión alentando su esfuerzo. Y en todos está llamándonos a construir una vida más justa y fraterna, más digna para todos, empezando por los últimos.
Dios está con nosotros. Despierta nuestra responsabilidad y pone en pie nuestra dignidad. Fortalece nuestro espíritu para no terminar esclavos de cualquier ídolo. Está con nosotros salvando lo que nosotros podemos echar a perder.
Dios está con nosotros. Está en la vida y estará en la muerte. Nos acompaña cada día y nos acogerá en la hora final. También entonces estará abrazando a cada hijo o hija, rescatándonos para la vida eterna.
Dios está con nosotros. Esto es lo que celebramos los cristianos en las fiestas de Navidad: creyentes, menos creyentes, malos creyentes y casi increyentes. Esta fe sostiene nuestra esperanza y pone alegría en nuestras vidas.
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evangelio del domingo 19 de diciembre de 2010

* Evangelio del Domingo 19 de Diciembre – Domingo 4º de Adviento (Ciclo A)
Evangelio del Domingo por Odres Nuevos
4º Domingo de Adviento (Ciclo A)Domingo 19 de Diciembre de 2010
“Hagamos una cuna de nuestra alma para acoger a Jesús“

Lectura del santo evangelio según san Mateo (1,18-24):

El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera: María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto.
Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: «José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados.»
Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que habla dicho el Señor por el Profeta: «Mirad: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrá por nombre Emmanuel, que significa “Dios-con-nosotros”.»
Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y se llevó a casa a su mujer.

Palabra del Señor

jueves, 9 de diciembre de 2010

Comentario de Pagola al Evangelio del tercer domingo de Adviento


MÁS CERCA DE LOS QUE SUFREN


José Antonio Pagola


Encerrado en la fortaleza de Maqueronte, el Bautista vive anhelando la llegada del juicio terrible de Dios que extirpará de raíz el pecado del pueblo. Por eso, las noticias que le llegan hasta su prisión acerca de Jesús lo dejan desconcertado: ¿cuándo va a pasar a la acción?, ¿cuándo va a mostrar su fuerza justiciera?
Antes de ser ejecutado, Juan logra enviar hasta Jesús algunos discípulos para que le responda a la pregunta que lo atormenta por dentro: «¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro» ¿Es Jesús el verdadero Mesías o hay que esperar a alguien más poderoso y violento?
Jesús no responde directamente. No se atribuye ningún título mesiánico. El camino para reconocer su verdadera identidad es más vivo y concreto. Decidle a Juan «lo que estáis viendo y oyendo». Para conocer cómo quiere Dios que sea su Enviado, hemos de observar bien cómo actúa Jesús y estar muy atentos a su mensaje. Ninguna confesión abstracta puede sustituir a este conocimiento concreto.
Toda la actuación de Jesús está orientada a curar y liberar, no a juzgar ni condenar. Primero, le han de comunicar a Juan lo que ven: Jesús vive volcado hacia los que sufren, dedicado a liberarlos de lo que les impide vivir de manera sana, digna y dichosa. Este Mesías anuncia la salvación curando.
Luego, le han de decir lo que oyen a Jesús: un mensaje de esperanza dirigido precisamente a aquellos campesinos empobrecidos, víctimas de toda clase de abusos e injusticias. Este Mesías anuncia la Buena Noticia de Dios a los pobres.
Si alguien nos pregunta si somos seguidores del Mesías Jesús o han de esperar a otros, ¿qué obras les podemos mostrar? ¿qué mensaje nos pueden escuchar? No tenemos que pensar mucho para saber cuáles son los dos rasgos que no han de faltar en una comunidad de Jesús.
Primero, ir caminando hacia una comunidad curadora: un poco más cercana a los que sufren, más atenta a los enfermos más solos y desasistidos, más acogedora de los que necesitan ser escuchados y consolados, más presente en las desgracias de la gente.
Segundo, no construir la comunidad de espaldas a los pobres: al contrario, conocer más de cerca sus problemas, atender sus necesidades, defender sus derechos, no dejarlos desamparados. Son ellos los primeros que han de escuchar y sentir la Buena Noticia de Dios.
Una comunidad de Jesús no es sólo un lugar de iniciación a la fe ni un espacio de celebración. Ha de ser, de muchas maneras, fuente de vida más sana, lugar de acogida y casa para quien necesita hogar.


Contribuye a crear comunidades más fieles a Jesús. Pásalo.

Evangelio del domingo 12 de diciembre de 2010-Tercer domingo de Adviento

Mateo 11,2-11.
Juan que había oído en la cárcel hablar de las obras de Cristo mandó a
preguntar por medio de dos discípulos: “¿Eres tu el que ha de venir o
tenemos que esperar a otro? Jesús les respondió: Id y anunciar a Juan lo
que estáis viendo y oyendo: los ciegos ven, los inválidos andan, los
leprosos quedan limpios, y los sordos oyen; los muertos reviven y a los
pobres se les anuncia la Buena Noticia. ¡Y dichosos el que no se sienta
defraudado por mí”.

Celebración del domingo 5 de diciembre de 2010

Este domingo pasado no estuvimos en la celebración de Elorrieta ya que estábamos en el pueblo de puente. Sin embargo si fuimos a la Eucaristia en Haro.
Cuando vamos en verano la Eucaristía es la normal, "la de adultos", pero este domingo al estar dentro del curso fuimos a "la de niños". Había muchas diferencias con la que estamos acostumbrados. Era a las doce en una iglesia enorme y con un altar impresionante. Estábamos el doble de personas que las que acostumbramos a estar en Elorrieta y sin embargo había vacío en los bancos. Los niños y las niñas estaban en los primeros bancos y no había moqueta (que contentos estarían algunos y algunas que yo conozco sin tener que sentarse en la moqueta), el cura llevaba una casulla impresionante bordada en lo que parecían hilos de oro -al menos eran dorados- (Iñaki dijo que parecía que iba vestido de rey) y las oraciones las leían niños y niñas que las llevaban escritas en papelitos. Tampoco había guitarras y dirigía los cantos una monja con mucha voluntad y poco ritmo.
Muy diferente, verdad?. Bueno, pues hasta aquí las diferencias. Había una corona de Adviento como la nuestra, unos niños y niñas que participaban respondiendo en la homilía dialogada y un mismo mensaje: Ahora os toca a vosotros, a vosotras. Dad el paso, despertad.
En nuestra comunidad habíamos quedado en hacer una oración conjunta, en tener un mismo calendario de Adviento, en leer los mismos textos. En aquella comunidad de Haro que por un domingo nos acogió habían quedado en repetir durante la semana MARANATHA (Ven Señor).
Cuando pusieron el compromiso para esta semana (llevar escrito en papeles azules -para recordar la figura de María- algo en lo que vayamos a mejorar), mis hijos me miraban como diciendo: "¿lo hacemos?". Si, claro que si. Esta semana nuestra oración será en papel azul y lo mismo en Haro que en Elorrieta intentaremos estar un poco más despiertos ante la venida del Señor.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Comentario de pagola al Evangelio del domingo 5 de diciembre de 2010. 2º domingo de ADVIENTO




Cada vez me encuentro con más personas que, después de muchos años de vivir alejadas de cualquier experiencia religiosa, sienten hoy de nuevo la necesidad de creer en un Dios vivo. ¿Cómo encontrarse con El? He aquí algunas sugerencias.
Antes que nada, tienes que valorar ese deseo de Dios que hay dentro de ti. Aunque te sientas con pocas fuerzas y tus deseos no se puedan traducir inmediatamente en realidad, Dios conoce tu corazón y también tu debilidad. El te entiende y está cerca. No te compares con otros. Tú tienes que recorrer tu propio camino. No importa tu pasado. Ahora lo decisivo es que confíes en Dios y en ti mismo.
Piensa en lo mejor que hay en tu vida. Lo que a pesar de todas las dificultades y crisis te sostiene y te hace vivir: el amor de tu esposo o esposa, la alegría de tus hijos, los amigos, las experiencias positivas, lo que te da fuerza para sentirte vivo. En el fondo de todo está ese Dios a quien tú buscas.
Entra también dentro de tu corazón y descubre todo lo bueno que hay dentro de ti. No pienses en análisis sicológicos interminables. No necesitas tampoco mucho tiempo para hacer esa peregrinación a tu interior. Toma conciencia de tus sentimientos buenos, de tus acciones generosas y nobles, de tus deseos de vivir con más coherencia y verdad. Dentro de ti y a pesar de tu mediocridad hay siempre una llamada de Dios.
Puedes dar otro paso. Recuerda alguna experiencia religiosa que haya dejado huella en tu corazón. Algún momento importante de tu vida en que has invocado a Dios de verdad, alguna frase del Evangelio que no has olvidado, el encuentro con alguna persona creyente que te ha impactado.
Si puedes, intenta rezar. Al comienzo, no te saldrá nada. Después de tantos años, te parecerá algo artificial en ti. No necesitas muchas palabras. Puedes decirle a Dios: «Quiero creer. Ayúdame en mi debilidad.» Ch. de Foucauld solía repetir: «Dios mío, si existes, haz que yo te conozca.»
Y, ¿después? Nadie puede prever lo que puede pasar. ¿Se despertará de nuevo tu fe? ¿Habrá un cambio en tu vida? ¿Seguirá todo igual? Lo esencial es tu postura sincera de búsqueda de Dios.
En cualquier caso, siempre deberás recordar que aunque tú vuelvas a tu vida mediocre y rutinaria de siempre, Dios seguirá ahí sosteniéndote con amor. Aunque desoigas todas sus llamadas y tu fe siga apagándose, Dios no te abandonará. Esa es la Buena Nueva de Cristo: Dios no se aleja de nosotros ni siquiera cuando pecamos contra El. Incluso cuando pecas, El te está perdonando, y si ese perdón no llega hasta ti es sólo porque tú te cierras.
Recuerda las palabras de Juan el Bautista: «Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos.» Tú puedes abrirte más a Dios. Un día, no se sabe la hora, tal vez te encuentres con el Dios vivo de Jesucristo. Lo notarás al sentir su paz dentro de ti.

CONVERSIÓN SOSTENIDA


Entre el otoño del año 27 y la primavera del 28 aparece en el horizonte religioso de Palestina un profeta original e independiente que provoca un fuerte impacto en el pueblo. Su nombre es Juan. Las primeras generaciones lo vieron siempre como el hombre que preparó el camino a Jesús.
Hay algo nuevo y sorprendente en este profeta. No predica en Jerusalén como Isaías y otros profetas: vive apartado de la elite del templo. Tampoco es un profeta de la corte: se mueve lejos del palacio de Antipas. De él se dice que es «una voz que grita en el desierto», un lugar que no puede ser fácilmente controlado por ningún poder.
No llegan hasta el desierto los decretos de Roma ni las órdenes de Antipas. No se escucha allí el bullicio del templo. Tampoco se oyen las discusiones de los maestros de la ley. En cambio, se puede escuchar a Dios en el silencio y la soledad. Es el mejor lugar para iniciar la conversión a Dios preparando el camino a Jesús.
Éste es precisamente el mensaje de Juan: «Convertíos»: «Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos». Este «camino del Señor» no son las calzadas romanas por donde se mueven las legiones de Tiberio. Estos «senderos» no son los caminos que llevan al templo. Hay que abrir caminos nuevos al Dios que llega con Jesús.
Esto es lo primero que necesitamos también hoy: convertirnos a Dios, volver a Jesús, abrirle caminos en el mundo y en la Iglesia. No se trata de un «aggiornamento» ni de una adaptación al momento actual. Es mucho más. Es poner a la Iglesia entera en estado de conversión.
Probablemente se necesitará mucho tiempo para poner la compasión en el centro del cristianismo. No será fácil pasar de una «religión de autoridad» a una «religión de llamada». Pasarán años hasta que en las comunidades cristianas aprendamos a vivir para el reino de Dios y su justicia. Se necesitarán cambios profundos para poner a los pobres en el centro de nuestra religión.
A Jesús sólo se le puede seguir en estado de conversión. Necesitamos alimentar una «conversión sostenida». Una actitud de conversión que hemos de transmitir a las siguientes generaciones. Sólo una Iglesia así es digna de Jesús.

Evangelio del domingo 5 de diciembre de 2010

Lectura del santo evangelio según san Mateo 3,1-12
Por aquel tiempo, Juan Bautista se presentó en el desierto de Judea predicando:
- Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos. Éste es el que anunció el profeta Isaías diciendo: «Una voz grita en el desierto: preparad el camino del Señor, allanad sus senderos». Juan llevaba un vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura, y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre.
Y acudía a él toda la gente de Jerusalén, de Judea y del valle del Jordán; confesaban sus pecados y él los bautizaba en el Jordán.
Al ver que muchos fariseos y saduceos venían a que los bautizara, les dijo:
- Raza de víboras, ¿quién os ha enseñado a escapar de la ira inminente?
Dad el fruto que pide la conversión, y no os hagáis ilusiones pensando: «Abrahán es nuestro padre», pues os digo que Dios es capaz de sacar hijos de Abrahán de estas piedras.
Ya toca el hacha la base de los árboles, y el árbol que no da buen fruto será talado y echado al fuego.
Yo os bautizo con agua para que os convirtáis; pero el que viene detrás de mí puede más que yo, y no merezco ni llevarle las sandalias.
Él os bautizará con el Espíritu Santo y fuego. Él tiene el bieldo en la mano: aventará su parva, reunirá su trigo en el granero y quemará la paja en una hoguera que no se apaga.

Eucaristía del domingo 28 de noviembre

El domingo celebrabamos el primer domingo de Adviento. ¡¡Estad despiertos, despiertas!!, nos decía el Evangelio. ¡¡Velad!!.

Desplegamos la pancarta que va a estar en la Iglesia todo el adviento: "Queremos construir la Iglesia de Jesús". Antes habíamos visto como es la Iglesia en la que estamos trabajando, la hemos juzgado y ahora nos vamos a poner manos a la obra.

Comenzaremos por las columnas que van a sujetarla. El domingo pasado pusimos la primera que es la ORACIÓN y para ello nos pusimos un compromiso: Todas las familias allí presentes el domingo nos comprometimos a rezar la misma oración ayer martes a las nueve de la noche. (En casa pusimos una vela de adviento, al niño Jesús e Iñaki leyó la oración que acabamos rezando un padre nuestro.Nos acordamos de todos y todas las que estaríais haciendo lo mismo en ese momento y nos sentimos comunidad una vez más).

La oración del día 27, aunque no pude acudir, debió ser un autentico éxito. Vivida con ilusión, esperanza, amor...Son oraciones que llenan y ayudan en los diferentes momentos liturgicos.

De todas formas para las familias que por diferentes motivos no pudimos ir a la primera.... tenemos otra el día 18 de diciembre a las siete de la tarde (que de todas formas avisaremos con tiempo).