viernes, 26 de noviembre de 2010

ORACIÓN DE ADVIENTO

¡¡¡PREPARAD EL CAMINO AL SEÑOR!!!!

Comienza el Adviento y como otros años, este también tenemos una oración. Será este SÁBADO 27 a las 19.00 horas en la Parroquia de Elorrieta.

Os dejo un vídeo de la canción Preparad el camino al Señor para irnos animándonos.

Os esperamos.

Comentario de Pagola al primer domingo de Adviento


Evangelio Comentado por:
José Antonio Pagola
San Mateo (24,37-44)

SIGNOS DE LOS TIEMPOS
Los evangelios han recogido de diversas formas la llamada insistente de Jesús a vivir despiertos y vigilantes, muy atentos a los signos de los tiempos. Al principio, los primeros cristianos dieron mucha importancia a esta “vigilancia” para estar preparados ante la venida inminente del Señor. Más tarde, se tomó conciencia de que vivir con lucidez, atentos a los signos de cada época, es imprescindible para mantenernos fieles a Jesús a lo largo de la historia.

Así recoge el Vaticano II esta preocupación: “Es deber permanente de la Iglesia escrutar a fondo los signos de esta época e interpretarlos a la luz del Evangelio, de forma que, acomodándose a cada generación, pueda responder a los perennes interrogantes de la humanidad sobre el sentido de la vida presente y futura…”.

Entre los signos de estos tiempos, el Concilio señala un hecho doloroso: “Crece de día en día el fenómeno de masas que, prácticamente, se desentienden de la religión”. ¿Cómo estamos leyendo este grave signo? ¿Somos conscientes de lo que está sucediendo? ¿Es suficiente atribuirlo al materialismo, la secularización o el rechazo social a Dios? ¿No hemos de escuchar en el interior de la Iglesia una llamada a la conversión?

La mayoría se ha ido marchando silenciosamente, sin sacar ruido alguno. Siempre han estado mudos en la Iglesia. Nadie les ha preguntado nada importante. Nunca han pensado que podían tener algo que decir. Ahora se marchan calladamente. ¿Qué hay en el fondo de su silencio? ¿Quién los escucha? ¿Se han sentido alguna vez acogidos, escuchados y acompañados en nuestras comunidades?

Muchos de los que se van eran cristianos sencillos, acostumbrados a cumplir por costumbre sus deberes religiosos. La religión que habían recibido se ha desmoronado. No han encontrado en ella la fuerza que necesitaban para enfrentarse a los nuevos tiempos. ¿Qué alimento han recibido de nosotros? ¿Dónde podrán ahora escuchar el Evangelio? ¿Dónde podrán encontrarse con Cristo?
Otros se van decepcionados. Cansados de escuchar palabras que no tocan su corazón ni responden a sus interrogantes. Apenados al descubrir el “escándalo permanente” de la Iglesia. Algunos siguen buscando a tientas. ¿Quién les hará creíble la Buena Noticia de Jesús?

Benedicto XVI viene insistiendo en que el mayor peligro para la Iglesia no viene de fuera, sino que está dentro de ella misma, en su pecado e infidelidad. Es el momento de reaccionar. La conversión de la Iglesia es posible, pero empieza por nuestra conversión, la de cada uno.

EVANGELIO DOMINGO 28 DE NOVIEMBRE 2010 PRIMER DOMINGO DE ADVIENTO


¡¡¡¡COMIENZA EL ADVIENTO!!!


Tiempo de preparación y de oración.


Lectura del santo Evangelio según san Mateo (24,37-44):


En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: «Cuando venga el Hijo del hombre, pasará como en tiempo de Noé. Antes del diluvio, la gente comía y bebía y se casaba, hasta el día en que Noé entró en el arca; y cuando menos lo esperaban llegó el diluvio y se los llevó a todos; lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del hombre: Dos hombres estarán en el campo: a uno se lo llevarán y a otro lo dejarán; dos mujeres estarán moliendo: a una se la llevarán y a otra la dejarán. Por lo tanto, estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor. Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón estaría en vela y no dejaría abrir un boquete en su casa. Por eso, estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre.»

Celebración del domingo 21 de noviembre de 2010

Unas breves cositas de la celebración del domingo pasado. Los chicos y chicas de haziketak estaban patinando sobre hielo en Gasteiz y se notó su ausencia, pero sorprendentemente se llenó la alfombra con un montón de niños y niñas más pequeños (Algunas novedades y otros y otras habituales).
Nieves llevó la celebración de la fiesta de Cristo Rey. En un ambiente de reflexión en el que contó el cuento del hombre rico que había perdido a su hijo en la guerra:
Un hombre muy rico y su hijo gozaban coleccionando obras de arte. En su colección había de todo, desde Picasos a Rafael. Con frecuencia se sentaban a admirar las magníficas obras maestras. Cuando estalló la guerra de Viet Nam, el hijo fue a la guerra. Era muy valiente y murió en el campo de batalla mientras rescataba a un soldado. El padre fue notificado y lloró profundamente la muerte de su único hijo.
Un mes más tarde, justo antes de Navidad, alguien llamó a su puerta. Era un joven que llevaba un gran bulto en las manos.
Este dijo: "Señor, usted no me conoce, pero yo soy el soldado por quien su hijo dio la vida. Salvó muchas vidas aquel día , me estaba poniendo a salvo cuando una bala le dio en el corazón y murió en el acto. Con frecuencia su hijo hablaba de usted y de su amor por el arte.
El joven le tendió el paquete."Yo sé que esto no es gran cosa. No soy un gran artista pero creo que su hijo habría querido que usted recibiera esto.
El padre abrió el paquete. Era el retrato de su hijo, pintado por este joven. Miró con asombro la manera cómo el soldado había captado la personalidad de su hijo. El padre fue tan atraído a los ojos que los suyos se llenaron de lágrimas.
Le dio las gracias al joven y le quiso pagar el cuadro."O, no, Señor, nunca podría pagar lo que su hijo hizo por mí. Es un regalo." El padre colgó el cuadro en la repisa del salón.
Cada vez que alguien le visitaba le enseñaba primero el cuadro de su hijo y luego las obras maestras que había coleccionado.
El padre murió unos meses más tarde. Y sus cuadros fueron subastados en una gran subasta. Gente influyente y rica acudió a la subasta. En el escenario estaba colocado el cuadro de su hijo.
"Empezaremos por la subasta del cuadro del hijo. ¿Quién ofrece algo?
Silencio. Alguien gritó: "Queremos ver los cuadros famosos. Quite ése".
El subastador persistió: "¿Alguien ofrece algo? ¿ $100, $ 200? Otro gritó: "No hemos venido a ver este cuadro. Queremos ver los Van Goghs, los Rembrandts. Vamos a la verdadera subasta. El subastador dijo, "El hijo. ¿Quién puja por el hijo?
Finalmente, una voz que venía del fondo de la sala, el jardinero del hombre y de su hijo, gritó: "Yo doy 10 dólares por el cuadro" . Era pobre y no podía ofrecer más.
"Déselo por 10 dólares. Veamos los maestros."¿Alguien ofrece más? La gente se impacientaba. No querían el cuadro del hijo El subastador dijo: 10 dólares a la una, 10 a las dos, vendido por 10 dólares.
Lo siento, pero la subasta ha terminado. En el testamento hay una cláusula que no podía revelar hasta este momento. Y ésta dice: el que compre el cuadro del hijo, lo compra todo, incluso todas las obras maestras. El hombre que acepte al hijo, lo hereda todo."
A través de diferentes oraciones y momentos de reflexión, nos acercamos a la figura del Rey de otro mundo, de un mundo diferente en el que no se es mejor por ser más guapo/a, más rico/a, sino por lo que llevamos en el corazón.

jueves, 18 de noviembre de 2010

Comentario de Pagola al Evangelio del domingo 21 de noviembre de 2010



Evangelio Comentado por:

José Antonio Pagola
San Lucas (23,35-43)

CARGAR CON LA CRUZ

El relato de la crucifixión, proclamado en la fiesta de Cristo Rey, nos recuerda a los seguidores de Jesús que su reino no es un reino de gloria y de poder, sino de servicio, amor y entrega total para rescatar al ser humano del mal, el pecado y la muerte.
Habituados a proclamar la “victoria de la Cruz”, corremos el riesgo de olvidar que el Crucificado nada tiene que ver con un falso triunfalismo que vacía de contenido el gesto más sublime de servicio humilde de Dios hacia sus criaturas. La Cruz no es una especie de trofeo que mostramos a otros con orgullo, sino el símbolo del Amor crucificado de Dios que nos invita a seguir su ejemplo.
Cantamos, adoramos y besamos la Cruz de Cristo porque en lo más hondo de nuestro ser sentimos la necesidad de dar gracias a Dios por su amor insondable, pero sin olvidar que lo primero que nos pide Jesús de manera insistente no es besar la Cruz sino cargar con ella. Y esto consiste sencillamente en seguir sus pasos de manera responsable y comprometida, sabiendo que ese camino nos llevará tarde o temprano a compartir su destino doloroso.
No nos está permitido acercarnos al misterio de la Cruz de manera pasiva, sin intención alguna de cargar con ella. Por eso, hemos de cuidar mucho ciertas celebraciones que pueden crear en torno a la Cruz una atmósfera atractiva pero peligrosa, si nos distraen del seguimiento fiel al Crucificado haciéndonos vivir la ilusión de un cristianismo sin Cruz. Es precisamente al besar la Cruz cuando hemos de escuchar la llamada de Jesús: «Si alguno viene detrás de mí… que cargue con su cruz y me siga».
Para los seguidores de Jesús, reivindicar la Cruz es acercarse servicialmente a los crucificados; introducir justicia donde se abusa de los indefensos; reclamar compasión donde sólo hay indiferencia ante los que sufren. Esto nos traerá conflictos, rechazo y sufrimiento. Será nuestra manera humilde de cargar con la Cruz de Cristo.
El teólogo católico Johann Baptist Metz viene insistiendo en el peligro de que la imagen del Crucificado nos esté ocultando el rostro de quienes viven hoy crucificados. En el cristianismo de los países del bienestar está ocurriendo, según él, un fenómeno muy grave: “La Cruz ya no intranquiliza a nadie, no tiene ningún aguijón; ha perdido la tensión del seguimiento a Jesús, no llama a ninguna responsabilidad, sino que descarga de ella”.
¿No hemos de revisar todos cuál es nuestra verdadera actitud ante el Crucificado? ¿No hemos de acercarnos a él de manera más responsable y comprometida?

Evangelio del domingo 21 de noviembre de 2010



Lectura del santo evangelio según san Lucas (23,35-43):



En aquel tiempo, las autoridades hacían muecas a Jesús, diciendo: «A otros ha salvado; que se salve a sí mismo, si él es el Mesías de Dios, el Elegido.»
Se burlaban de él también los soldados, ofreciéndole vinagre y diciendo: «Si eres tú el rey de los judíos, sálvate a ti mismo.»
Había encima un letrero en escritura griega, latina y hebrea: «Éste es el rey de los judíos.»
Uno de los malhechores crucificados lo insultaba, diciendo: «¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros.»
Pero el otro lo increpaba: «¿Ni siquiera temes tú a Dios, estando en el mismo suplicio? Y lo nuestro es justo, porque recibimos el pago de lo que hicimos; en cambio, éste no ha faltado en nada.»
Y decía: «Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino.»
Jesús le respondió: «Te lo aseguro: hoy estarás conmigo en el paraíso.»


Palabra del Señor

Fotos del encuentro de la Unidad Pastoral




Hola,




Alberto Estefania ha colocado un link para que podamos ver las fotos que saco del festival del día 7 de noviembre de la Unidad Pastoral. Son preciosas y merece la pena dedicar un rato a fisgarlas.




Os dejo el link y un par de ellas a modo de muestra.




viernes, 12 de noviembre de 2010

Comentario de Pagola al Evangelio del domingo 14 de noviembre de 2010

Evangelio Comentado por:
José Antonio Pagola
San Lucas (21, 5-19)


PARA TIEMPOS DIFÍCILES

Los profundos cambios socioculturales que se están produciendo en nuestros días y la crisis religiosa que sacude las raíces del cristianismo en occidente, nos han de urgir más que nunca a buscar en Jesús la luz y la fuerza que necesitamos para leer y vivir estos tiempos de manera lúcida y responsable.
Llamada al realismo. En ningún momento augura Jesús a sus seguidores un camino fácil de éxito y gloria. Al contrario, les da a entender que su larga historia estará llena de dificultades y luchas. Es contrario al espíritu de Jesús cultivar el triunfalismo o alimentar la nostalgia de grandezas. Este camino que a nosotros nos parece extrañamente duro es el más acorde a una Iglesia fiel a su Señor.
No a la ingenuidad. En momentos de crisis, desconcierto y confusión no es extraño que se escuchen mensajes y revelaciones proponiendo caminos nuevos de salvación. Éstas son las consignas de Jesús. En primer lugar, «que nadie os engañe»: no caer en la ingenuidad de dar crédito a mensajes ajenos al evangelio, ni fuera ni dentro de la Iglesia. Por tanto, «no vayáis tras ellos»: No seguir a quienes nos separan de Jesucristo, único fundamento y origen de nuestra fe.
Centrarnos en lo esencial. Cada generación cristiana tiene sus propios problemas, dificultades y búsquedas. No hemos de perder la calma, sino asumir nuestra propia responsabilidad. No se nos pide nada que esté por encima de nuestras fuerzas. Contamos con la ayuda del mismo Jesús: «Yo os daré palabras y sabiduría»… Incluso en un ambiente hostil de rechazo o desafecto, podemos practicar el evangelio y vivir con sensatez cristiana.
La hora del testimonio. Los tiempos difíciles no han de ser tiempos para los lamentos, la nostalgia o el desaliento. No es la hora de la resignación, la pasividad o la dimisión. La idea de Jesús es otra: en tiempos difíciles «tendréis ocasión de dar testimonio». Es ahora precisamente cuando hemos de reavivar entre nosotros la llamada a ser testigos humildes pero convincentes de Jesús, de su mensaje y de su proyecto.
Paciencia. Ésta es la exhortación de Jesús para momentos duros: «Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas». El término original puede ser traducido indistintamente como “paciencia” o “perseverancia”. Entre los cristianos hablamos poco de la paciencia, pero la necesitamos más que nunca. Es el momento de cultivar un estilo de vida cristiana, paciente y tenaz, que nos ayude a responder a nuevas situaciones y retos sin perder la paz ni la lucidez.
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Evangelio del domingo 14 de noviembre de 2010


Lectura del santo evangelio según san Lucas (21,5-19):

En aquel tiempo, algunos ponderaban la belleza del templo, por la calidad de la piedra y los exvotos.
Jesús les dijo: «Esto que contempláis, llegará un día en que no quedará piedra sobre piedra: todo será destruido.»
Ellos le preguntaron: «Maestro, ¿cuándo va a ser eso?, ¿y cuál será la señal de que todo eso está para suceder?»
Él contestó: «Cuidado con que nadie os engañe. Porque muchos vendrán usurpando mi nombre, diciendo: “Yo soy”, o bien: “El momento está cerca”; no vayáis tras ellos. Cuando oigáis noticias de guerras y de revoluciones, no tengáis pánico. Porque eso tiene que ocurrir primero, pero el final no vendrá en seguida.»
Luego les dijo: «Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá grandes terremotos, y en diversos países epidemias y hambre. Habrá también espantos y grandes signos en el cielo. Pero antes de todo eso os echarán mano, os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y a la cárcel, y os harán comparecer ante reyes y gobernadores, por causa mía. Así tendréis ocasión de dar testimonio. Haced propósito de no preparar vuestra defensa, porque yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro. Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os traicionarán, y matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán por causa mía. Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá; con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas.»

Palabra del Señor

Evangelio del domingo 14 de noviembre de 2010

Lectura del santo evangelio según san Lucas (21,5-19):

En aquel tiempo, algunos ponderaban la belleza del templo, por la calidad de la piedra y los exvotos.
Jesús les dijo: «Esto que contempláis, llegará un día en que no quedará piedra sobre piedra: todo será destruido.»
Ellos le preguntaron: «Maestro, ¿cuándo va a ser eso?, ¿y cuál será la señal de que todo eso está para suceder?»
Él contestó: «Cuidado con que nadie os engañe. Porque muchos vendrán usurpando mi nombre, diciendo: “Yo soy”, o bien: “El momento está cerca”; no vayáis tras ellos. Cuando oigáis noticias de guerras y de revoluciones, no tengáis pánico. Porque eso tiene que ocurrir primero, pero el final no vendrá en seguida.»
Luego les dijo: «Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá grandes terremotos, y en diversos países epidemias y hambre. Habrá también espantos y grandes signos en el cielo. Pero antes de todo eso os echarán mano, os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y a la cárcel, y os harán comparecer ante reyes y gobernadores, por causa mía. Así tendréis ocasión de dar testimonio. Haced propósito de no preparar vuestra defensa, porque yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro. Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os traicionarán, y matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán por causa mía. Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá; con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas.»

Palabra del Señor

Celebración de la Unidad Pastoral

Un poco tarde, pero aqui está la crónica de lo sucedido el pasado domingo en el encuentro de la Unidad Pastoral que tuvo lugar en Ibarrekolanda.

Nos juntamos a la mañana unas 40/50 personas para la Asamblea en la que estuvimos debatiendo sobre cuales eran los principales objetivos a desarrollar durante este curso. Se repitió mucho el de propiciar encuentros que ayuden a alcanzar una fe más adulta y el de participar en la realidad del barrio. Fue un encuentro agradable y en el que todo el mundo tuvo un espacio de participación.


A la una y media y tras una breve pausa, comenzó la Eucaristia en la nos acompañó el Vicario. En la alfombra estaban los mozos y mozas de Haziketak (que participaron como pudieron despues de dos días de convivencia en Artzeniaga y practicamente sin dormir). Hubo gente de todas las parroquias y realidades pastorales (aunque siempre se echa de menos a algunas personas y/o grupos).


Luego y tras una pausa con pinchitos, nos fuimos a comer una deliciosa paella que habían preparado el grupo de misiones. ¡¡¡Bravo!!!


Y por último y como broche final .... las actuaciones. A cada cual mejor. La presentación asombrosa y los grupos... Dignos de concurso televisivo. Yo por lo menos sólo puedo decir que disfrute y me lo pase en grande.

Un día maravilloso. Ojala sirva para unirnos más aún (seguro que si).

* Tengo muchas más fotos que ire colgando poco a poco. Paciencia que tardan mucho en subir y no tengo tiempo.

jueves, 4 de noviembre de 2010

Amar a 45º

He encontrado este video en la página de la Diocesis de Malaga. Los protagonistas son tres sacerdotes, pero pienso que todos nosotros y nosotras que estamos en la tarea de la Evangelización (he escrito adrede evangelización con mayusculas), deberíamos llevar un espejo para colocarlo a 45º. Espero que os guste.

Comentario de Pagola al Evangelio del domingo 7 de noviembre de 2010


evangelio del día
7 de Noviembre de 2010. 32 Tiempo ordinario (C). Lucas 20,27-38


"A DIOS NO SE LE MUEREN SUS HIJOS


Jesús ha sido siempre muy sobrio al hablar de la vida nueva después de la resurrección. Sin embargo, cuando un grupo de aristócratas saduceos trata de ridiculizar la fe en la resurrección de los muertos, Jesús reacciona elevando la cuestión a su verdadero nivel y haciendo dos afirmaciones básicas.


Antes que nada, Jesús rechaza la idea pueril de los saduceos que imaginan la vida de los resucitados como prolongación de esta vida que ahora conocemos. Es un error representarnos la vida resucitada por Dios a partir de nuestras experiencias actuales.


Hay una diferencia radical entre nuestra vida terrestre y esa vida plena, sustentada directamente por el amor de Dios después de la muerte. Esa Vida es absolutamente "nueva". Por eso, la podemos esperar pero nunca describir o explicar.


Las primeras generaciones cristianas mantuvieron esa actitud humilde y honesta ante el misterio de la "vida eterna". Pablo les dice a los creyentes de Corinto que se trata de algo que "el ojo nunca vio ni el oído oyó ni hombre alguno ha imaginado, algo que Dios ha preparado a los que lo aman".
Estas palabras nos sirven de advertencia sana y de orientación gozosa. Por una parte, el cielo es una "novedad" que está más allá de cualquier experiencia terrestre, pero, por otra, es una vida "preparada" por Dios para el cumplimiento pleno de nuestras aspiraciones más hondas. Lo propio de la fe no es satisfacer ingenuamente la curiosidad, sino alimentar el deseo, la expectación y la esperanza confiada en Dios.


Esto es, precisamente, lo que busca Jesús apelando con toda sencillez a un hecho aceptado por los saduceos: a Dios se le llama en la tradición bíblica «Dios de Abrahán, Isaac y Jacob». A pesar de que estos patriarcas han muerto, Dios sigue siendo su Dios, su protector, su amigo. La muerte no ha podido destruir el amor y la fidelidad de Dios hacia ellos.


Jesús saca su propia conclusión haciendo una afirmación decisiva para nuestra fe: «Dios no es un Dios de muertos, sino de vivos; porque para él todos están vivos». Dios es fuente inagotable de vida. La muerte no le va dejando a Dios sin sus hijos e hijas queridos. Cuando nosotros los lloramos porque los hemos perdido en esta tierra, Dios los contempla llenos de vida porque los ha acogido en su amor de Padre.


Según Jesús, la unión de Dios con sus hijos no puede ser destruida por la muerte. Su amor es más fuerte que nuestra extinción biológica. Por eso, con fe humilde nos atrevemos a invocarlo: "Dios mío, en Ti confío. No quede yo defraudado" (salmo 25,1-2).


José Antonio Pagola"

Evangelio del domingo 7 de noviembre 2010

Lectura del santo evangelio según san Lucas (20,27-38):
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos saduceos, que niegan la resurrección, y le preguntaron: «Maestro, Moisés nos dejó escrito: Si a uno se le muere su hermano, dejando mujer, pero sin hijos, cásese con la viuda y dé descendencia a su hermano. Pues bien, había siete hermanos: el primero se casó y murió sin hijos. Y el segundo y el tercero se casaron con ella, y así los siete murieron sin dejar hijos. Por último murió la mujer. Cuando llegue la resurrección, ¿de cuál de ellos será la mujer? Porque los siete han estado casados con ella.»
Jesús les contestó: «En esta vida, hombres y mujeres se casan; pero los que sean juzgados dignos de la vida futura y de la resurrección de entre los muertos no se casarán. Pues ya no pueden morir, son como ángeles; son hijos de Dios, porque participan en la resurrección. Y que resucitan los muertos, el mismo Moisés lo indica en el episodio de la zarza, cuando llama al Señor "Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob." No es Dios de muertos, sino de vivos; porque para él todos están vivos.»