La mañana de Reyes tuvimos mi familia y yo la anual ruta del roscón (chocolate y recogida de regalos incluida) y luego nos acercamos a la Eucaristía de familia de San Felicisimo. Hacia tiempo que no participabamos en esta Celebración y nos sentimos agusto, muy cómodos.
En pocos sitios dejas de ir durante meses, incluso años y cuando llegas parece que nunca has dejado de ir y sin embargo en nuestras comunidades esto si ocurre.
En Elorrieta suben al altar los y las que ya han hecho la comunión, en Sanfe los y las más peques (mi niño es una excepción que sube en los dos sitios, él es así), pero el espíritu, la sensación de estar en familia, de ser acogidos, es la misma.
Desde aquí gracias a la comunidad de Sanfe por su trabajo y por su forma de hacer las cosas.
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