martes, 13 de abril de 2010

Evangelio del domingo 18 de abril de 2010


Evangelio según San Juan 21,1-19.


Después de esto, Jesús se apareció otra vez a los discípulos a orillas del mar de Tiberíades. Sucedió así: estaban juntos Simón Pedro, Tomás, llamado el Mellizo, Natanael, el de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo y otros dos discípulos.

Simón Pedro les dijo: "Voy a pescar".

Ellos le respondieron: "Vamos también nosotros".

Salieron y subieron a la barca. Pero esa noche no pescaron nada. Al amanecer, Jesús estaba en la orilla, aunque los discípulos no sabían que era él.

Jesús les dijo: "Muchachos, ¿tienen algo para comer?". Ellos respondieron: "No". El les dijo: "Tiren la red a la derecha de la barca y encontrarán". Ellos la tiraron y se llenó tanto de peces que no podían arrastrarla. El discípulo al que Jesús amaba dijo a Pedro: "¡Es el Señor!". Cuando Simón Pedro oyó que era el Señor, se ciñó la túnica, que era lo único que llevaba puesto, y se tiró al agua.

Los otros discípulos fueron en la barca, arrastrando la red con los peces, porque estaban sólo a unos cien metros de la orilla. Al bajar a tierra vieron que había fuego preparado, un pescado sobre las brasas y pan. Jesús les dijo: "Traigan algunos de los pescados que acaban de sacar". Simón Pedro subió a la barca y sacó la red a tierra, llena de peces grandes: eran ciento cincuenta y tres y, a pesar de ser tantos, la red no se rompió. Jesús les dijo: "Vengan a comer". Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle: "¿Quién eres", porque sabían que era el Señor.

Jesús se acercó, tomó el pan y se lo dio, e hizo lo mismo con el pescado. Esta fue la tercera vez que Jesús resucitado se apareció a sus discípulos.

Después de comer, Jesús dijo a Simón Pedro: "Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos?". El le respondió: "Sí, Señor, tú sabes que te quiero". Jesús le dijo: "Apacienta mis corderos". Le volvió a decir por segunda vez: "Simón, hijo de Juan, ¿me amas?". El le respondió: "Sí, Señor, sabes que te quiero". Jesús le dijo: "Apacienta mis ovejas". Le preguntó por tercera vez: "Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?". Pedro se entristeció de que por tercera vez le preguntara si lo quería, y le dijo: "Señor, tú lo sabes todo; sabes que te quiero". Jesús le dijo: "Apacienta mis ovejas.

Te aseguro que cuando eras joven, tú mismo te vestías e ibas a donde querías. Pero cuando seas viejo, extenderás tus brazos, y otro te atará y te llevará a donde no quieras".

De esta manera, indicaba con qué muerte Pedro debía glorificar a Dios. Y después de hablar así, le dijo: "Sígueme".

3 comentarios:

  1. ¿Qué pasa Mila? nos has dejado sin noticias! ¿No será que estás desilusionada o desesperanzada o...? tranquilízanos a tus "videntes/internautas" del mundo mundial!

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  2. Qué pasa Mila? ¡nos has dejado sin noticias! ¿desilusionada?, ¿desesperanzada?¡¡estamos en Pascua! no nos abandones a tus "videntes/internautas" del mundo mundial!

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  3. Hola Javi,

    Por supuesto que no estoy desilusionada ni desesperanzada (y mucho menos ahora, en Pascua). Me gustaría que hubiese más participación en el blog, pero sé que la gente aún no escribiendo lo lee.

    Simplemente he estado de vacaciones y eso ha provocado este vacio de noticias que en cuanto tenga un poco más de tiempo intentaré arreglar.

    Mientras tanto os aconsejo la página odres nuevos en la que hay un articulo muy bueno sobre los regalos a los niños/as. Creo que es algo sobre lo que debatir y que sería bueno que tratasemos de alguna manera en las celebraciones.

    Un abrazo.

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