lunes, 24 de enero de 2011

Eucaristía en Corella


Este fin de semana me tocaba trabajar y he pasado todo el fin de semana en Corella junto con otros voluntarios, voluntarias y personal técnico de Adeco (la ONGD en la que trabajo). Me llevé conmigo a Iñaki.


Ha sido un fin de semana estupendo compartiendo y reflexionando con gente que cree en lo mismo y que vive de una forma especial la solidaridad, pero lo que os quería contar (igual que lo hice en otra ocasión) es como vivimos la Eucaristía del domingo.


La iglesia de Ntra. Sra. del Villar (que es el monasterio pasionista en el que estábamos) es pequeña y fría, muy fría. Nos acercamos desde el interior de la hospedería (eramos 12 personas), llenos de bufandas, abrigos y hasta guantes.


No hubo cantos (un simple vienen con alegría al comienzo entonado por el propio celebrante -que era el sacerdote pasionista encargado de Adeco en Navarra), pero no por ello la misa fue menos alegre. Vily -que así se llama el pasionista-habló poco y bien derrochando optimismo y pidiendo por el entendimiento de las iglesias.


Iñaki no sólo se sentó en el banco (sin que nadie le mandará ir a la moqueta), sino que además leyó las peticiones -creció unos quince centímetros cuando iba hacia el altar-.


Yo me sentí muy agusto, muy cómoda. Era como estar en casa, os eché de menos -siempre que estoy un domingo fuera me acuerdo de todos vosotros y vosotras, como no- pero no eché de menos a la comunidad, al calor de la Iglesia porque allí también lo tuve.


Había poca gente en la Iglesia y Vily nos presentó contando el motivo de que estuviésemos allí. A la salida una persona se acercó a decirle que quería colaborar con Adeco, ¡¡Eso es que el Espíritu hizo su trabajo!!.

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