lunes, 21 de febrero de 2011

Celebración de ayer

Ayer en la celebración hablabamos de lo difícil que era amar al enemigo.
Tema complicado y sin embargo fue una de esas celebraciones en las que mucha gente se anima y participa y enriquece de esa manera a todas las personas que estábamos allí.

Uno de los niños ante la pregunta de si había alguien en su clase que fuese diferente, alguna persona que hubiese venido de fuera y que no entendiese nuestro idioma, dijo que si, que en su clase había un niño brasileño. "¿Le tratáis igual que a los demás?", fue la siguiente pregunta. "No, él nos pega", fue su respuesta.

Iñaki me comentó un día lo mismo. En su clase hay una niña china y aunque los primeros días toda la clase estaba rodeándola y preguntándole cosas, luego dejo de ser la novedad y empezó a pegar. "No estamos con ella porque pega", me dijo Iñaki.

Mari José (a la que por cierto nunca he dejado de saludar, que quede claro) suele decir que hay gente más empatica que otros. Una verdad como un templo. Personas con capacidad de ponerse en el lugar de los demás y otras que no lo son tanto.  Creo que depende mucho de las vivencias que hayas tenido, de las experimentadas y de las observadas. Por eso los niños, las niñas, son menos empaticos (en general) que las personas adultas.

Entendemos mejor el sufrimiento por la muerte de un ser querido si hemos pasado por la experiencia que si no lo hemos hecho. Yo soy más capaz de ponerme en el lugar de una mujer que ha tenido un hijo (sus emociones, su dolor en el parto, su alegría al ver a su hijo, etc...) que en el lugar del padre. Puedo imaginar sus emociones por que las identifico con otras que he tenido o por lo que algún hombre me ha contado, pero no sé el grado de expectación, incertidumbre, angustia, esperanza que esa persona tiene mientras esta esperando el desenlace del parto.

¿Por que pegan ese niño brasileño, esa niña china? ¿Cómo explicamos a nuestros hijos e hijas lo que esos otros compañeros están sintiendo?. Tenemos que hacer un gran esfuerzo de acercamiento, tenemos que revisar experiencias, buscar en nuestros conocimientos. ¿Cómo nos sentiríamos con nueve años en otro país sin amigos?

Pienso en el niño brasileño, pienso en Chen ly...Toda la clase rodeándola (tal vez con la mejor de las intenciones, pero agobiándola), voces, gritos que no entiende. Dice algo y a los demás les hace gracia, se ríen. Ella no entiende pero ve que la señalan y se ríen. ¿Es raro que les pegue?. Una persona sola entre 25 niños y niñas, con sus amigos a miles de kilómetros, con sus padres agobiados por comenzar una nueva vida.

Acabo de leer un libro que se titula "Cuando Hitler robó el conejo rosa". Es magnífico. Un libro estupendo para nuestros hijos e hijas a partir de los diez años. Trata de una familia alemana de clase social media-alta que tienen que marchar al ganar Hitler las elecciones. Refugiados en Suiza, Francia e Inglaterra es la niña de 9 años, Anna, la que va contando lo que les ocurre. Es uno de esos libros que ayudan a crear empatia. Si podéis, leerlo también los mayores.

1 comentario:

  1. A todos gracias por la celebración de ayer .
    Me apunto el título del libro.

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