martes, 8 de febrero de 2011

Comunión de Nerea, Circe e Iñaki

El domingo hacen la primera comunión Nerea, Circe e Iñaki. Sé de sobra que están los tres muy nerviosos y nerviosas (el que tengo en casa lo está desde hace meses).

Yo estoy ilusionada. El otro día me preguntaba Iñaki si me hizo más ilusión mi comunión que la suya. Me quede pensando y no supe contestarle. Cuando hice la primera comunión tenía 7 años (vamos, de esas comuniones en las que todo el mundo dice que los niños y las niñas son muy pequeños y no se enteran de nada. De esas comuniones de las de antes).

Mi ama era mi catequista (la historia se repite) y mis recuerdos mezclan los días previos (nerviosa, muy nerviosa), la peluqueria intentando rizar un pelo que jamás ha querido rizarse, los zapatos de charol que nunca llevé por no haber de mi talla (con siete añitos y un 38 que quería), mi vestido verde hecho por mi ama, con el día de mi comunión.

El sacerdote era Dositeo (un pasionista) y llevé las flores a la Virgen (mi ama no me había dejado en los dos años de catequesis leer en misa para que no pensarán que lo hacia por ser su hija y aquella fue la primera vez que subí al altar). Luego fuimos a comer a un bar en Deusto y me regalaron una Nancy de comunión con la que jugue en las escaleras del bar con mi prima Inma. Tengo fotos (un poco movidas -mi aita no era un gran fotógrafo y su cámara no era muy buena-) bajo la lluvia que cayó aquel 3 de mayo.

Nos dirigiamos en fila a recibir a Jesús, niño y niña (por aquello de quedará bonito -lo de la equidad de género aún no existía-) y con las manos unidas en actitud orante. Creo que a mi manera, con 7 años fue un día en el que me encontré con Jesús allí en la iglesia de Sanfe.

Ahora, muchos años despues, todo es muy distinto y a la vez parecido. La catequista de Iñaki es su ama, también ha ido a la peluqueria (aunque no han intentado alisarle el pelo) y los zapatos de mi criatura son un 39. Yo recuerdo el nombre del cura que me dió la comunión (y que ahora está en América) y estoy segura de que Iñaki jamás olvidará el nombre de Javi.

Para él, igual que para Circe y Nerea, el domingo va a ser un día muy, muy especial. Seguro que van a recibir a Jesús con toda la profundidad que sus 9 años les da y seguro que a la salida jugarán en alguna escalera con sus primos.

Y la abuela de Iñaki,una de las "culpables" de que yo sea la catequista de estos tres pequeños creyentes, estará sonriéndole desde el cielo, seguro.

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